Vale, en realidad, el desafío que voy a publicar aquí no es tan grande, más bien un desafío mediano, pero es que si titulo “el desafío regulero” no me lo va a leer ni Dios y, si no me lee nadie, a qué tanto desafío ni media hostia.
En realidad, cuanto más lo pienso, este es un desafío de mierda pero, hey, cada uno desafía como puede y yo ando justito de fuerzas. Hay gente por ahí se desafía a subir el Everest, a comer sólo comida sana, a dejar de fumar o a correr por Peñalara marcha atrás, a la pata coja y descalzo. (Hola, Rubén)